9 de enero de 2019

Un día menos o un día más...

Hay días en que me destrozaría el alma, porque sentir así como aprendí me ha traído desastres, diluvios y sabor amargo.
El vacio se hace presente y no se que me mueve más hoy día... A ratos nada.
No hay avance, no hay procesos, me siento hundida. No quiero más de esta vida.
Se viene la inminente idea de siempre, que es lejana, pero hoy no.
Morir a ratos se hace una idea brillante, pero mi porfia por no verme débil o que eso no me resulte me detiene.
Cuánto me ha salvado mi testarudez!  Cuánto me ha hecho conocer y vivir, esta vida intensa. No sé si soy yo o los momentos, si me eligen o yo lo hago. Siempre tengo la ilusa esperanza de que viene algo mejor. Y nunca ocurre.
Podría seguir cuestionando a Dios, si es que se culpar a alguien se trata. Pero ni siquiera creo. 
La culpa es mía, de mis miedos y desesperanzas... De mis penas y fantasmas que rondan siempre.
Últimamente las decepciones de las personas son las que más duelen y no, no hablo de amores.
Encuentro tanto vacío en este aire actual, tanta falsedad, tanta hipocresía ...

No quiero vivir, pero está testarudez me gana.
La vida me la salva mi propia sed de lucha, de dignidad.
Sin embargo, no se qué tan digno sea vivir en un mundo así .

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