2 de noviembre de 2011

Ni santa ni perra.


No soy una santa, pero tampoco una perra maldita.
Soy una mujer con cuerpo normal, con marcas de juegos infantiles.
Con la contextura que solo puedo esperar porque es lo que mi familia me da y bueno, soy feliz igual.
La vanidad me consume aveces, bueno soy mina.
Pero hay minutos en que sólo saldría de mi casa con una cola de caballo, un jeans y una polera y así me siento yo mísma.
No soy una virgen, una santa una mujer digna de venerar.. no lo soy porque no creo en la religión, no creo en la gente que usa medios para obtener fines con intereses personales para lucrar, ganar poder.
No soy una santa porque tengo más defectos de los que quisiera.
Soy mimada, muy mimada... y eso se lo debo a la persona que siempre me dio las alegrías en la vida.
La persona que más admiro es quien me hizo una niña mimada, esa niña que aprendio a golpes, con caidas duras, esa niña que se le pasa todo lo engreida con un abrazo o una palabra dulce.
Es culpable? no lo creo... y no lo creo porque gracias a él soy una luchadora hoy y no una resentida que se queda sentada en los laureles esperando que los días pasen sin hacer algo para mover los pies y existir.
Ese hombre me baño de bondad y ni el sabe todo lo que lo admiro.
No soy santa y aveces poco tengo de niña mimada, pues no soy dulce, más bien soy alguien que gruñe cuando siente que no le corresponden todo lo que da por los demás.
Gruño con fuerza, siempre que sienta peligro o desepción.
Como toda mujer normal( así lo creo) siento admiración por las mujeres luchadoras, esas que no se dejan vencer por nada, que lloran, patalean, gruñen, rasguñan fuerte... porque caen y se levantan, con una sonrisa encima y lucen muy bonita luego de tener las marcas mas grandes.
Por esas que no culpan a los demás por las penas internas... admiro a esas que viven de a propia construcción de su felicidad y no dañando la del resto.

No soy perra porque no traiciono a la "mano que me da de comer"
porque odio las mentiras, porque me siento muerta cuando las digo a alguien que quiero.
no soy perra porque quiero sólo a un par de personas, no a todas... la palabras de amor no se pueden quemar en una hoguera que desaparece mañana.
Las palabras de amor son lo más intimo que puedo entregar y repudio a quienes las dicen con facilidad y sin sentir que el corazón se les mueve.


No soy perra, si mujer y como tal he cometido errores.
Hice daño y no fue por perra precisamente, estuve confundida y la confucion me pasó la cuenta.
Vivi la juventud a concho y cuando digo a concho es desde la raiz de mis entrañas.
y gracias a todo eso soy lo que vive hoy.


Aveces pienso que ser perra resulta más que ser nada.
Pero creo que el ser nada, en este caso, es ser todo... porque es muy facil hacer las cosas cuando no cuestan nada, ser perra no cuesta nada... sólo perder el orgullo y olvidarse de la felicidad verdadera y depender del sufrimiento del otro.

Aveces pienso que ser santa también es bueno, pero eso es muy dificil...
es dificil porque no tengo nada que me haga buena, solo los sentimientos, pero tengo sentimientos locos, que se equivocan constantemente, que temo de las divinidades, pero no me aminoro cuando están mostrandome su existencia, porque los he desafiado y me han enrrostrado quienes son. Pero el ser santa involucra ser correcta, ser perfecta, no gozar...

y soy loca, no soy precisamente hija de la tranquilidad y de la vida de buenas costumbres.
Soy una mujer que tiene tantas cosas en la mochila y que no se arrepiente de nada en lo más minimo...


Soy una mujer normal y corriente ni perra puta ni virgen santa.
y como tal espero ( quizás en vano) alguien que me acompañe, con las mísmas ideas...
pero que pueda soportarme y nisiquiera es eso... que pueda calmarme sólo con una palabra o un gesto.

Esa es la llave que nadie ha sabido recoger.