11 de enero de 2013

A veces pensaba que haría una niña de 5 años en mi caso.
Quizás sonreir y pedir ayuda a papá.
Tengo 22 y con mucho miedos encima, con muchas ganas de vivir y disfrutar.
¿qué tengo aparte de miedos?
Mis ganas de luchar, de vivir y pelear por lo mío, de construir bases sólidas para mi vida y no arrepentirme de nada.
Tengo 22 y no me arrepiento de nada, absolutamente de nada de lo que he decidido hacer en mi vida.
Tropiezos, muy malos tropiezos.
Sin embargo he aprendido que dentro de todo, siempre hay algo que rescatar...
De lo único que estoy segura es que no quiero volverme amarga.... la madurez es, como dice Nietzsche, volver a tener la seriedad que uno tenia al jugar cuando niño.... y a eso aspiro, a vivir la vida al máximo, a dar todo de mí, a jugarme todas las cartas o guardarlas cuando sea necesario.

No creo que sea una virtud, pero el dar siempre el todo y no hacer las cosas a medias es algo que aprendí desde pequeña.
Quizas espere mucho de los demás o quizas muera pensando que alguien más puede pensar de esta forma. Pero estoy tranquila, me siento en paz.

Hoy más que nunca me siento en paz...