3 de noviembre de 2013

Queda lo que quema.

Finalmente se llega a un punto en que debes comenzar a quemar historias.
pero ¿Que hacer cuando esas historias te construyeron?.

"La familia cumple una función preponderante en la transmisión de la lengua materna, en la represión de los instintos y en la transmisión de la cultura. Instaura una continuidad psíquica entre las generaciones, cuya causalidad es del orden mental." J, Lacan

Y claro, he ahí lo difícil. Como destruir parte de tu vida, al hacerlo, te destruyes tu mísmo

Para mi la respuesta es bien honesta y clara: deconstruirse.
Esta invitación, nace de la idea sencilla de volver a re-escribirse, de tomar lo bueno de aquello que no elegiste, pero te construyó, estructuró tu realidad psíquica y te dio las herramientas para llegar a estar parado hoy. Defensas más, defensas menos, eso no es lo importante sino el como te sientes en aquellas defensas, en aquel escribirte constante.
No es tan fácil como decir: "debes perdonar", "debes aceptar" o el tan incomprensible procedimiento placebo de entregarte sanación espiritual cuando lo que quema marca cada parte de tu piel. Ese olvido constante al que te invitan no sirve más que para confundir las cosas, enmarañar más las redes internas que están sosteniendo la estructura psíquica que te hace mantener un dolor que para muchos es inconsciente.

El psicoanálisis cuando no cura, enferma.
Es así de simple, no todos tienen la fuerza para sostener la realidad y prefieren teñirla constantemente soportando el dolor interno, mitigando de momento, pero manteniendo el dolor allí, acariciándolo de a poco.
Hay algo excitante en ese dolor, en el regocijo del deleite del sufrimiento.