Un estado de inseguridad a ratos que se vuelve caprichosa e insistente cuando recuerdas la realidad...
... cuando se observan las raíces del árbol más grande con el que deseas cubrirte de todo ese sol dañino que parece brillante y luminoso, a ratos inofensivo....
Nadie puede predecir el futuro y quien sabe, puede ser que hasta hoy mismo sea un buen presagio
un aroma a café de grano cargado y leña... fuego que quema.
mirando el mar tranquilo desde el balcón destruido por la sal.
Ya no hay balcón
Ya no hay sal que lo carcome
ya no es más.