28 de marzo de 2008

Psicoanálisis: Angustia y certeza


La angustia es esencialmente un corte, sin el cual el significante, su funcionamiento, su surco en lo real es imposible. Tomamos entonces la relación que podemos establecer entre la angustia, la certeza y el enigma. Si lo pensamos en términos lingüísticos un enigma es una enunciación cuyo enunciado se desconoce. Pero si hay una enunciación es que hay alguien de quien proviene. Ya habíamos dicho que es al sujeto a quien le concierne. Entonces tenemos que decir que proviene del Otro, del campo del Otro. Pero con una característica especial, que eso, ese signo me concierne es decir quiere decir algo aunque no sé qué. Es la pura intencionalidad del significante. El enigma con la certeza de significación que implica produce una ruptura, un corte en el espacio semántico. Podemos ver la cercanía que existe entre el efecto de certeza de la significación en la psicosis y lo que surge como angustia en el campo del Otro, específicamente en el deseo del Otro. El Otro desea algo pero no sé qué es. La angustia entonces no engaña porque al enfrentarse el sujeto al significante enigmático del deseo del Otro, el sujeto no puede deslizarse en la cadena significante. Con eso lo que estamos diciendo que lo que engaña, lo mentiroso por ejemplo de los afectos es que pueden desplazarse, sustituirse y además nos permite entender que lo que fundamentalmente engaña es la relación del significante con el significado. Cuando estamos frente al significante enigmático que juega solo su partida, sea en el fenómeno elemental, sea frente al deseo del Otro, allí tenemos la certeza, eso quiere decir algo y no se sabe qué. La temporalidad de la angustia es la espera de la angustia: el tiempo de la inminencia. Es la presencia del sin límite.

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